EL COMISARIO
Cerró el libro.
Descruzó las rodillas.
Se levantó, como de un ensueño.
Se acercó a la ventana,
contempló la bahía
dorada con el sol de media tarde,
y caminó
hasta "el cuarto de visitas".
Una cortina de humo de tabaco
sobre la luz de flexo
y un muchacho desnudo,
de rodillas.
- Hematomas,
quemaduras como astros perfectos
en su piel -
¿ No ha confesado aún...?
Y bajando la voz, hasta el susurro:
"usad bolsas de plástico"
Desanduvo el camino.
Contempló de nuevo la bahía.
El brillo del crepúsculo
rompía, ahora,
en destellos naranja
los movibles cristales de las aguas.
Volvió a sentarse,
recruzó las rodillas,
abrió el libro
y siguió leyendo a Federico:
... "La muerte me está esperando
desde las torres de Córdoba"
MARÍA SOCORRO LUIS
(Su blog: Socopoemas)
1 comentario:
Este poema se queda en una mera ficción por el personaje del comisario. Un comisario que haga eso jamás leería poesía. No resulta creíble, a pesar de que la tortura sí es algo que está sucediendo continuamente. Y la mentira, la mentira también sucede, tiene poder y se le está dando más aún entre tanta falsa apariencia...Así que no se deberían promover tantas historietas de mentirijilla en lo que llamamos poesía, con todo mi respeto para las más que aceptables maneras de hacer que tiene esta autora. La poesía debe ser convincente, exprese una verdad obviamente o en un sentido figurado. Salud y saludos, señoras.
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