domingo, 21 de diciembre de 2008

INSTINTO





El viejo solía ir a cazar solo. El y aquel perro gris que le seguía a todas partes desde que apareció junto a la verja. Ya no hacía tanto frío, el invierno dejaba paso a la primavera. Era temprano, las ocho o nueve de la mañana. El bosque parecía el lugar más tranquilo del mundo. La escopeta pesaba más que la última vez, ahora empezaba a notar eso de la edad. El perro le seguía sigilosamente, contento, olisqueando aquí y allá. Hacía casi dos años que no salía de caza. Apenas quedaba nada que mereciese la pena por allí.
Se vislumbraba un claro al fondo, cerca del río. Decidió bajar y dejar que el perro bebiese un poco y echar un vistazo. El río tenía un caudal abundante todavía, nada que ver con el que él había conocido de niño. Todo había cambiado. Ahora estaba solo. Recordó a su padre pescando en ese mismo río, cerca de casa; y cuando él y Tomás se bañaban y resbalaban con las piedras. Junto a ese mismo río había conseguido arrastrar a Teresa, y convencerla de su amor mientras le subía la falda. Ella opuso resistencia pero a él eso nunca le importó ni antes ni después de veinte años de matrimonio. Ahora ella estaba muerta y él seguía allí, de caza, con aquel perro viejo como él.
Un chillido alertó al perro. Salió corriendo hacia arriba, hacia el bosque. El viejo cogió la escopeta en la mano y subió. Cuando iba a llamar al perro recordó que no sabía su nombre, si es que tenía alguno. Silbó. Se paró en seco, intentando escuchar algo. Nada. Ninguna señal. Siguió caminando. Le pareció ver a dos chicos alejarse corriendo. Oyó sus risas y una especie de gimoteo más cerca. Se dirigió al lugar del que parecían huir. El instinto le decía que allí no pasaba nada bueno. Ya no se escuchaba nada, ni risas, ni ninguna voz. El perro apareció de pronto entre los arbustos. Se alegró de verlo, pero no sabía por qué. Odiaba ese perro, le recordaba a él. Era feo y flacucho, tenía todas y cada una de las costillas marcadas. Había recibido más de un golpe, eso sin duda. El perro se acercó moviendo la cola. Traía algo en la boca. El viejo se agachó y lo cogió: era un pedazo de tela, con flores y muchos colores. El perro ladró, orgulloso de su hallazgo. Escuchó de nuevo un llanto cerca, le hizo un ademán al perro para que se callara y se acercó a los arbustos de los que el perro había salido. Vio a una chica semidesnuda, alejándose, torpe, cayéndose al suelo a cada paso. Tenía el pelo alborotado y se alejaba sin rumbo. El viejo decidió que ya era hora de regresar a casa. Eran las doce y tenía hambre. Le hizo un gesto al perro, colocó la escopeta en el hombro izquierdo y se marchó. El perro cogió el pedazo de tela en la boca y siguió al viejo.
Ana Vega

lunes, 15 de diciembre de 2008

flying bloguer in canary islands


Vuk strikes again...
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hoy a las 20h30
en el club de prensa canaria
(c/ león y castillo 39
las palmas)
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...presentación de Guerra de Identidad

domingo, 14 de diciembre de 2008

blogueros anónimos / museo de autómatas, anotación de vukušić


"no dejar que la máquina te domine
es fundamental"
hola me llamo vuk y soy bloguera // llevo dos días sin actualizar el blog //
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al principio / lo hacía a escondidas / como si ya supiera que era pecado / después abiertamente / a todas horas / sin que me importara / lo más mínimo / la comunicación física //
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llevo dos días sin actualizarlo / pero mi familia me ayuda / mis amigos me comprenden / y mi compañero me apoya //
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y aunque de vez en cuando / me vienen sudores fríos / y la templanza se me quiebra / porque pienso que algo le habrá sucedido a los otros / que habrán encontrado las palabras que busco / que me dirán qué piensan y saben / que me mostrarán una imagen certera // intento no caer en la tentación / pero a veces pienso que sólo tengo una salida / darme de baja de internet / o romper de una patada el router / porque ni el yoga / ni la meditación me ayudan / porque veo a buda con pixels / y dios es un pop-up que me dice guay //
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pienso / que tengo que pensar: "no dejar que la máquina te domine es fundamental" ///
foto by Vuk en el Museo de autómatas y anotación personal (diario de pensamientos)

jueves, 11 de diciembre de 2008

Un poema de Ana Pérez Cañamares

MI PADRE SE LLAMABA DANIEL

Lo primero que pensé fue:
se ha muerto solo
(acompañar en la muerte
es el mejor bálsamo
para la culpa)

Lo segundo que pensé:
no me ha devuelto
mi última llamada
(nunca nos planteamos
que el deseo de independencia
también puede ser hereditario)

Lo tercero: ya no tengo padres
(y al mirar atrás descubrí
que hace ya mucho tiempo
que ninguna mano
sujeta la bici que monto)

Ahora no puedo dejar de pensar:
padre, yo no estoy muerta
pero también me pierdo muchas cosas.

Ya no estoy enfadada contigo.
Cada vez que te pienso
es domingo por la mañana.
Me llevas sobre los hombros
y yo sé que vas a invitarme
a un batido de chocolate
en el bar de la barra de zinc.
Después tu mano grande se abrirá
frente a mis ojos, y me mostrará el tesoro:
una chapa de mirinda y otra de pepsi.

Cuarenta años para descubrir
que allí estaba todo ya dicho.

ANA PÉREZ CAÑAMARES

martes, 9 de diciembre de 2008

PAREDES HABLAN:Graffitis y pintadas

OTES


David González

SAN


BELIN


Hace poco se desarrolló en Córdoba un proyecto coordinado por el artista Javier Flores,llamado Paredes Hablan.Se trataba de reflexionar críticamente, utilizando como medios de expresión el graffiti y las pintadas, sobre un acontecimiento histórico como fue Mayo del 68, que no sólo sacudió al país vecino, sino también las conciencias y el pensamiento en general.
Para realizar este proyecto se invitó a graffiteros nacionales e internacionales de la talla de: San, SLK, Remed, Fefe, El niño de las pinturas, Belin, Otes, Nankayshan, Dran, Iony.
En el apartado de las pintadas participaron: David González, J.Riechmann, Julio Anguita, Antonio Romero del grupo Poliposeidas, El colectivo Masa Crítica, Adolescentes inmigrantes, La Acequia, Asociación Educativa Barbiana y una servidora.
Me gustó mucho la idea y, me pareció interesante, sacar a la calle la poesía, la filosofía y el arte en general.Muchas personas pudieron presenciar este acontecimiento, desde personas mayores que se sorprendían y preguntaban, hasta niños que se quedaban literalmente embobados viendo a los graffiteros en directo. No puedo colgar todas las fotos.He tenido que seleccionar sabiendo que dejaba mucho fuera.Sólo espero que os gusten y que sirvan para disfrutarlas y, también, remover un poquito nuestros pensamientos.Un saludo. Lola Lugo.




jueves, 4 de diciembre de 2008

un poema de silvia oviedo

son las seis a.m.
en el telediario un hombre habla de otro hombre
que habla de otro hombre que habla de mi hombre
la calle está helada

yo intento entender el olvido y la muerte

te veo desnudo;
eres eterno

eres el eje que mueve el mundo esta mañana
ahora que yo no puedo dejar de pensar en el olvido y la muerte
ahora que no pasa ningún coche fuera
ahora que no pasa nada fuera

dentro explota

FALDA HOJAS ( Lola Lugo )


miércoles, 3 de diciembre de 2008

"salir indemne del temporal nocturno" un poema de safrika

"Incluso las discusiones / más inútiles / siempre fueron / algo espléndido" Charles Bukowski.

Salir indemne del temporal nocturno.
He pensado que, es verdad, soporto poco ciertos / tonos de voz. / El otro día me llamó esa mujer horrible por teléfono / y tuve que ponerle las cosas en su sitio / -Te has olvidado. / -Por dios, trato de hacerlo. / Y que me dices, del infortunio de acabar / las noches en la calle con este frío dando vueltas a la / manzana con la maleta hecha y no queriendo ir a / ninguna parte más que a casa, donde / hubo un estallido de comida sobre / la mesita auxiliar. / He pensado que después de todo, si logro limpiar mis / zapatos y no volver a pisar ninguna mierda, en fin, si logro / superar la prueba y hacer la dieta ir al dentista a la / universidad joder ser alguien en la vida salir en el periódico / hasta en las necrológicas y que en la noticia ¿vale? pongan / una foto mía y no una del tanatorio, ¿vale?, ¿me entiendes? / He pensado que puestos a pasar la vida con alguien, todo esto / tan hueco y críptico que siento a veces podría enseñártelo y / si tú no te asustas a lo mejor podemos, no sé, / cantar algo, recrearnos en lo que éramos antes para volver a / serlo, en qué te conviertes no lo sé yo, y en qué me conviertote lo diré, encharca, en islote, en retirada, en brizna o en codicia yo qué sé / avidez y contención. Todos los días / miro a mi madre en esa fotografía y su belleza me deja / subnormal. Y quiero, no sé si me entiendes, tener / una familia rara y fardar de piernas kilométricas y tener piscina, / y curiosidad y nobleza. Quiero estar siempre contigo y / comprarte zapatillas ir al teatro y conversar despacio bajo una / sombrilla en una calle peatonal. / He pensado que estoy perdiendo facultades en esto de / amar, / quiero despedirme de la vecina vieja, y si nos vamos / a una nueva casa quiero que recuerdes quien soy, quien fui / un día por la noche dejando mensajes en tu contestador / quien fui con el choque anafiláctico y toda esa mierda que / me hace feliz recordar y que tengo encerrada en el puño / como una posesión preciosa con la que restituir el presente, / y puedes enfadarte y comprarme joyas si quieres puedes / venir a casa temprano y querer estar conmigo, también puedes / no querer porque yo, que soy muy dura, coseré lo que se rompa / no te preocupes que / lo coseré, una y otra vez, con exactitud, / con la que sea posible, te miraré y gritaré por la ventana / que da a la plaza cualquier cosa, coño, que talento me sobra, / nos sobra a los dos, vaya. / Vamos a usarlo también para querernos.

extraído del blog de Safrika

martes, 2 de diciembre de 2008

"SUBALTERNA" de Adriana Bañares Camacho


Pubertad.
No soy yo lo que hay reflejado en el espejo. Esa no soy yo. El mundo se ha despertado diferente esta mañana y alguno de la radio dice que mi reloj miente. Ahora parece que no me he levantado tan tarde.

Pero esta no parece mi casa, ni el reloj mi reloj, ni siquiera mi muñeca porque este cuerpo lo siento ajeno a mí.

Me siento como la copia de alguien, y no me importa de quién. Me costó aprender que por haber sido tan hipócrita me he convertido en un ser deshumanizado, falso. Ahora soy un ente errante sin registro y sin sombra. Tengo tan poca personalidad que por no ser no puedo ser ni un espíritu. Porque carezco tanto de alma como de mente. Escribo lo que escribo porque entre mis dedos aún quedan resquicios de lo que un día fui.

Alguien llama por teléfono pero de mi boca sólo salen dos palabras que intuyo son un nombre y un apellido. Una voz. Una voz que no es la mía, o la de ella.

La boca seca, pastosa. Los ojos cerrados, oprimidos. Y un dolor agudo en el oído izquierdo. Jaqueca, también jaqueca. Un intenso dolor de cabeza. Y el temor a no estar solo, o a estar solo. Un sentimiento de extrañeza y picor entre las piernas.

Cuelgo el teléfono. No hay fotos en esta casa, solamente vacío. Vacío. Eco. Mi única compañía es el regreso de una voz que aborrezco aunque ahora sea mía. No tengo fuerza en las manos, sólo un rastro de sangre entre las piernas.


Madurez.
He visto una copia de mí en el cine. Tenía el pelo más vivo que el mío y una sonrisa fija bajo un par de ojos verdes. He visto una copia de mí, con el pelo recogido en una pinza de plata y un vestido demasiado corto. He visto una copia de mí con alguien que conozco.

Por alguna razón creo que ha venido a matarme, así que me cambio continuamente de butaca para despistarla.

He visto una copia de mí mejorada. Más joven, más guapa. Diplomática. Esa clase de gente que cae bien a todo el mundo menos a mí. Dos butacas más a la derecha una muchacha quiere humillar a su pareja. Le toca, le excita, le rechaza. Va sin bragas, falda tres cuartos, maquillaje claro; puta decente, discreta. Reservada. Manipuladora, acomplejada de su ignorancia. Su vida estancada: hace tres años el tiempo se paró para ella y ya ni si quiera envejece, sólo engorda. Y se acompleja un poco más.

Esa copia soy yo hace más de tres años.

Encerré mi adolescencia en hojas de papel. Encerré mis recuerdos, o, mejor dicho, los traspasé. Ya no me queda nada en la cabeza, sólo en mis manos. Todo quedó en papel. Tan frágil. Cualquier día todo puede arder.

Todo.

Desaparecerán las cosas que me avergüenzan, las acciones, mis actos de quinceañera.

Esa parte de mí que hoy parece haber renacido.

Ahora que la veo siento que todo se ha hecho añicos, como las puntas de mi pelo. Se resquebrajan las palabras que hoy se han vuelto hielo.

Todo ha muerto.


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extraído del blog la niña de las naranjas