Mostrando entradas con la etiqueta leemos mientras nos recogemos el pelo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta leemos mientras nos recogemos el pelo. Mostrar todas las entradas

miércoles, 15 de septiembre de 2010

1 poema de David de la Rosa




MI ÁNGEL DE LA GUARDA

aquí
en la ventana
escribo y fumo
y espero
a que mi ángel de la guarda
salga de trabajar

David de la Rosa. PALABRADA. Prólogo de Alfonso Aguado Ortuño. Editorial Poesía Eres Tú, Madrid, 2009.

viernes, 3 de septiembre de 2010

1 poema de Ángel González González, de su poemario MUÑECA RUSA


NUNCA PROFUNDIZAR EN LA MATERIA
Todas aquellas mentiras,
liadas como un porro
y produciendo el mismo efecto
en la memoria.
Jugué contigo
a la venda en los ojos,
divagando
por ese mundo de ingenios
y aventuras someras,
siempre idílicas...
Una regla tan solo:
no profundizar nunca en la materia.
Todo a lo que le claves el diente
irá progresivamente
perdiendo la gracia.
Ángel González González. MUÑECA RUSA. Ediciones del 4 de agosto, Logroño, 2010.

lunes, 30 de agosto de 2010

Marcas, un poema de Siracusa Bravo Guerrero



MARCAS

No tengo palabras lo suficientemente afiladas
como para arañarte la espalda
y dejártela marcada


para siempre.




SIRACUSA BRAVO GUERRERO, Indigesta, El Cangrejo Pistolero, Cuaderno Caníbal nº 0, Sevilla, 2009

viernes, 27 de agosto de 2010

Lourdes, un poema de Javier Gato


LOURDES


Entre el choque de los vasos de whisky,
las risotadas degradadas con éxtasis,
el acoso de luces y flashes en la bruma,
entre el roce lascivo de bultos y curvas
el rictus fúnebre, implacable,
de Lourdes.
Por encima de la música ensordecedora
me llegan los alaridos del silencio de Lourdes,
toda labios sucios de carmín agrio.
Verla observándolo todo desde la barra
con ojos de vodka
es ver que al fin y al cabo
el hombre es un ser para la muerte.

JAVIER GATO, Diario de un gato nocturno, El Cangrejo Pistolero, Sevilla, 2010.

jueves, 26 de agosto de 2010

Ángel González González: Muñeca Rusa




VERSIÓN 1.3.1

Sabemos
de la existencia
en el cole
de un chico de treinta y tantos
que te espera a la puerta
mientras sigues saltando
la valla de atrás
en siempre huida.

Ángel González González. MUÑECA RUSA. Ediciones del 4 de agosto, Logroño, 2010.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Un poema de Mada Alderete



esta noche sin hombre
en la que empieza el otoño
mi cama se ha llenado
de chales y de faldas
las viejas amigas
han venido a mis sueños
qué bien lo hemos pasado
nos apoyábamos unas en otras
nos tocábamos el pelo
y las arruguitas de la smanos
todas estábamos menstruando
y atardecía
como en nuestras vidas
a cámara lenta
con esa luz baja del poniente

pero qué paz
todas estaban aquí
y se reían
viejas, sabias y amigas
con los ojos cansados
y las miradas nada frívolas
de las supervivientes


MADA ALDERETE, La hembra te da permiso, Baile del Sol, 2010

martes, 24 de agosto de 2010

Mary Jo Bang: ELEGÍA: Qué hermoso:



QUÉ HERMOSO

Una lente personal: cristal combando los rayos
que le dieron a una las noticias de aquel día,
repitiendo todos y cada uno de los días,

sólo recuerdas que habitas
un planeta que evoluciona.
Qué hermoso, pensó ella, lo que hace distancia

por agua, la vista desde arriba o lejos.
En el sueño de anoche, volvían de nuevo
al comienzo. Ella era una niña

y él era un niño.
Un avión la apeó y la dejó allí.
Frío blanqueando el blanco cielo más blanco.

Entonces un bisturí la seccionó abriéndola para que el mundo entero
fuera mar.

Mary Jo Bang. ELEGÍA. Traducción y prólogo de Jaime Priede. Bartleby Editores, Madrid, 2010.

sábado, 21 de agosto de 2010

Antonio Martínez i Ferrer: Senderos (Antología poética)



Cuando siento que la palabra
se convierte
en la estrategia del artificio,

sólo me queda
apartarme en silencio
hacia ningún sitio.

Cuánta soledad.

Antonio Martínez i Ferrer. SENDEROS (Antología poética). Prólogo de Antonio Orihuela. Asociación Cultural Crecida, Ayamonte, Huelva, 2010.

jueves, 19 de agosto de 2010

Calles: 1 poema de Naomi Shinab Nye




CALLES

Un hombre deja el mundo
y las calles que vivió
crecen un poco más pequeñas.

Una oscura ventana más
en esta ciudad, y los higos en las ramas
se suavizan para los pájaros.

Si nosotros al atardecer permanecemos
lo suficientemente quietos, todos crecemos
de pie silenciosamente juntos.
Arriba, escandalosos estorninos reclaman sus árboles
y el cielo que cose y cose, incansablemente cociendo,
deja caer su dobladillo púrpura.
Cada cosa en su tiempo y en su lugar;
sería bueno pensar lo mismo de la gente.
Algunas personas lo están. Ellos duermen de un modo completo,
despiertan frescos. Otros viven en dos mundos,
el perdido y el recordado.
Duermen dos veces, una vez por el que se ha ido,
y una vez por ellos mismos. Sueñan espeso,
sueñan doble, despiertan en un sueño
dentro de otro sueño, caminan calles cortas,
dicen nombres y entonces ellos mismos se contestan.

Naomi Shibab Nye. OTRA CANCIÓN (Seis Poetas Norteamericanos). Ediciones El Tucán de Virginia, México, 1999.

Un poema de Laura del Rosal




Un dolor bello,
entre mis huesos finos,
un dolor bello:

El dulce peso de la noche
al hundirme las costillas.

LAURA DEL ROSAL, También mis ojos, El Cangrejo Pistolero, Sevilla, 2010

martes, 17 de agosto de 2010

Daniel Defoe: Diario del año de la peste.



Ya he mencionado cómo el pueblo se sumió en un estdo de desesperanza de la vida y de abandono de sí mismo. Este síntoma tuvo, por sí solo, un efecto extraño sobre nosotros durante tres o cuatro semanas, es decir, transformó a las gentes en seres audaces y temerarios: ya no se rehuían unos a otros ni se mantenían recluidos tras sus puertas, sino que iban a todas partes y comenzaban a conversar entre sí. Uno decía a otro: "No os pregunto cómo estáis ni os digo cómo estoy yo; es seguro que moriremos todos, de modo que no tiene importancia saber quién está sano ni quién está enfermo".

Daniel Defoe. Diario del año de la peste. Traducción de Pablo de Grosschmid. Editorial Seix Barral, Barcelona, 1996.

Nacho Montoto: 1 poema de SUPERÁVIT, su próximo poemario.



ESTA MAÑANA se ha caído un nido de aquél árbol, nadie se ha dado cuenta, dos gorriones han perdido la vida, otra catástrofe natural, y los telediarios no se han hecho eco de esta noticia. Tú, mientras tanto, soñabas, dormías.

Nacho Montoto. SUPERÁVIT. De próxima edición en Cangrejo Pistolero Ediciones.

lunes, 16 de agosto de 2010

David Cruz: Oficio



OFICIO

a Alfredo Tejas

No soñaremos con la eternidad para siempre.
El vuelo no nos fue dado
en una apuesta de cartas
ni en un partido donde los jugadores
patearon a su sombra.
Seamos realistas:
las puertas que abrimos
fueron equivocadas.
En los anuncios a los que enviamos
la hoja de vida,
no contrataban equilibristas
sin experiencia.

David Cruz. Natación Nocturna. Editorial Costa Rica, 2005.

jueves, 12 de agosto de 2010

Desconciertos de julio, un poema de Carmen Garrido Ortiz


DESCONCIERTOS DE JULIO

Le desconcertaban las interminables tardes de los domingos
y la gente que no la miraba a los ojos cuando le hablaba.

Le desconcertaba el hecho de que, cuando contaba pétalos
de margaritas, éstas siempre decían sí.

Le desconcertaba la cantidad de amantes que había perdido
y a los que no añoraba.
No se habían cumplido ninguno de sus sueños. Le
desconcertaba esa buena suerte que tenía.

Le desconcertaba que siempre que quería un taxi, apareciera
uno. Y que hubiera nacido en enero.

Le desconcertaba que alguien pudiera intuir sus complicados
pensamientos de espiral, bibliotecas de Babel borgianas
de privado acceso restringido. Le desconcertaba por qué
dos seres -de repente- se amaban.

Le desconcertaba leer a Karfa por las noches y Vogue por las
mañanas.

Su corazón latía rápido, su pulso se mantenía constante, sus
células seguían alimentándose en la madrugada, cuando
ella descansaba la neurona de la ansiedad. ¿Quién dirigía
su cuerpo? Eso también la desconcertaba.

Le desconcertaba el olor a nata y cariño de su padre, que el
Correcaminos siempre se burlara del Coyote; le
desconcertaba el perfume a romero y luna de su ciudad.

Le desconcertaba que su sexualidad se despertara cuando
unas manos masculinas agarraban el volante de un
coche. Manos para vivir en su cuerpo. Manos
bronceadas en su cuerpo color aceituna.

Le desconcertaba el tiempo. ¿Quién lo poseía? ¿Los
hombrecillos grises de Momo? ¿Swatch Colección
Primavera-Verano? ¿Por qué es lógico vivir de día y
dormir de noche?

Le desconcerta que su única luz fuera el neón de los bares
de copas. Le desconcertaba su atracción por los sacos de
boxeo y el hecho constatable de tener en sus ovarios
partes de sus futuros hijos.

Le desconcertaban los desnudos de Lucien Freud, los
cereales que naufragaban y se humedecían en la leche
mañanera y el no recordar el agua de colonia de su
última conquista.

Aquel tacto rugoso, las venas azuladas de sus abuelas...
¿Cómo podía recordarlo? Se desconcertaba cuando casi
las tocaba en su memoria.

Dar dos besos a desconocidos y la cantidad de gente que se
habría emocionado, antes que ella, con la película
típica-tópica de Casablanca, le desconcertaba. Más le
desconcertaba la gente que no se emocionaría.

Le desconcertaba el hecho de que ninguno de los siete
enanitos se propasó con Blancanieves y el que las
prostitutas siempre estuvieran en una esquina. La
infinitud de sus propios desconciertos desconcertaba,
aún más, su delicada mente, desequilibraba sus pilares.

Le desconcertaba que la tarta de cumpleaños sólo tuviera
tres tímidas velitas compradas aprisa en Carrefour...
¿Debería poner veintiocho velas? Su único deseo cuando
las sopló: seguir siendo una tipa completamente
desconcertada.

CARMEN GARRIDO ORTIZ, La hijastra de Job, Editorial Renacimiento, 2009

Un poema en prosa de Susan Howe



Todo lo que de algún modo es pensable, dijiste, puede ser objeto de meditación. Cuando pregunté si te referías a la guerra nuclear, la ingeniería genética o al matrimonio, te apresuraste a cerrar la ventana. Yo te había visto, en el parque, sacar una cáscara de banana de la sandalia de la estatua de Constance Witherby y recitar con gestos ampulosos: ¿un poema? ¿una oración fúnebre? Mi formación musical no me permitía leer esa partitura, no con el viento soplando en tu pelo contra la llegada del invierno, aunque si las golondrinas hubieran dejado de sobrevolar en círculos en el sólido azul, me habría faltado el aliento. Punzante olor de mar, de peces acunándose en oleajes. Y nubes ya. Tú dijiste que sería distinto si fuésemos capaces de habitar afuera de la lógica. Supe que querías decir: descalzos.

Susan Howe. LA PASIÓN DEL EXILIO (Diez poetas norteamericanas del siglo XX). Selección, traducción y prólogo de María Negroni. Bajo la luna, Buenos Aires, 2010.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Un poema de Märta Tikkanen, de su poemario "La historia de amor del siglo"



A MÍ NADIIE me pegó
nunca

Cuando era pequeña
me daban
en los dedos y me decían
¡No!
Entonces ya no tocaba más los libros
de la biblioteca

Cuando me hice mayor
y quería estar fuera de casa
hasta las tres de la noche
cuando yo tenía quince años
Entonces pronto dejó de ser importante
estar con ellos
por la noche

Cuando un día
hace ya muchos años
me perseguiste con el atizador
borracho
no te tuve ningún miedo
porque no fue mi nombre
el que gritaste
al levantar el atizador
y enseguida te calmaste
cuando te cogí la mano
y te hablé
y oíste
que era mi voz

A mí no me pegó nunca nadie
y nunca tuve
miedo físico
de nadie que hubiese podido tener la intención
de pegarme

hasta que tú me pegaste

Tienes realmente motivos
para tener miedo
de mí.

martes, 10 de agosto de 2010

Larry Brown: Amor malo y feroz



DISCIPLINA (Fragmento)

Por favor, repítalo para que le oiga el tribunal, Sr. Lawrence.

Nos torturaban en parejas, separadamente, es decir, individualmente, pero sólo los sábados, o en grupos de no más de cuatro.

Déjeme ver si lo he comprendido. Así que ha dicho que sólo le torturaban los sábados, ¿correcto?

No. Me ha malinterpretado. Lo que he dicho es que sólo nos torturaban individualmente los sábados.

¿Y por qué motivo supone usted que hacían eso?

No tengo ni idea.

Larry Brown. AMOR MALO y FEROZ. Traducción y presentación de Luis Ingelmo. Bartleby Editores, Madrid, octubre 2010.

lunes, 9 de agosto de 2010

Mary Jo Bang: Elegía



NUNCA MÁS

Adiós a siempre ahora.
Hola al presente vacío y.
Adiós a las orquídeas tejidas
con algo semejante a semillas de malas hierbas.

Hola al día
que vemos fuera a través de
la mancha del enebro
quemado para recordar el momento.

Se acabó el momento de las curas.
Cae una hoja de papel como plomo
de la mesa de árbol del que procede.
Los ojos tienen sus trucos.

El borde del edredón cogido de la mano
se mueve y mueve y mueve.
La mente da vueltas así. Tú
un niño, luego un hombre, ahora una pluma

que atraviesa un fuego fiero
llamado tiempo. El cono de una planta
de un lugar que desconozco
en las llamas altas.

La mente sigue dando vueltas
con la botella taponada, las píldoras
por el suelo, el plato roto
por el suelo, el rostro dormido

en el canastillo de tu primer mes,
el mordisco del perro, la dificultad,
la escalera de un edificio de tres pisos
a los seis años, la inundación

que arrastra todo este te aleja
convirtiendo pensamiento y objeto
en lo que eres. Mi mente taponada.
Una voz, canalizada por una máquina,

a lo largo de un cuerpo sin vida. A lo largo
de un lacerante lapso de tiempo.

Mary Jo Bang. ELEGÍA. Traducción y prólogo de Jaime Priede. Bartleby Editores, 2010 (muy pronto en librerías).

jueves, 5 de agosto de 2010

1 poema de Max Vigo.

El mendigo de la plaza
se ha mudado
dice que ahora tiene competencia

su boca espumajea
en la letanía inerte
del oleaje que perece en la orilla

"hágame usted caso
muchacha, caballero
¿tiene algo de leche,
una limosna?"

medio cartón de vino,
un perro escuálido, de ojos vidriosos,
sin esperanza, pero fiel
como el de Chaplin,
y jeringas venosas de platino,
plúmbeo equipaje de mano

Nadie le ofreció naranjas
ni horizontes, ni zapatos de charol
o mujeres huesudas de prominentes muñecas

lleva marcada la cruz de los impíos
los estigmas imborrables y perversos
y el áspero lenguetazo del gato
que no lame las heridas

Diego del Monte. Poema inédito.