Manteniendo su estilo de poesía urbana habitual, Déborah Vukušić ha logrado reunir una selección de poemas en los que, como ella misma los define, “las perversiones son tiernas y las ternuras son perversas”. Las perversiones se basan en juegos erótico-festivos en los se entremezcla exhibicionismo, voyeurismo con contastes referencias a personajes cinematográficos. En la parte de las ternuras, la autora reta al lector conocedor de su obra a descubrir qué es y qué no es real de lo que está leyendo.
Como dice Carlos Salem en la contraportada, "en Guerra de identidad la poeta Vukušić prestaba la piel de sus palabras a la actriz, para poner sobre la escena de papel un torrente de vivencias dolorosas y heridas frescas. En Perversiones y ternuras es la actriz Vukušić quien ofrece su oficio a la poeta, para hablar de lo recóndito mediante personajes que siempre son y no son Déborah. Averiguarlo es el desafío del lector, sometido a un juego de espejos que recuerda a Bertolt Brecht. Sólo que Bertolt Brecht no tenía sus piernas".
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