INSOMNE
contaba mis enemigos
y me quedé dormido contando.
Al despertar,
conté mis amigos,
entre ellos los muertos,
que contaban por dos.
VIDA ULTERIOR
Qué consuelo: al parecer
-se dice- las uñas de las manos y los pies,
y posiblemente el pelo también,
siguen creciendo después de la muerte.
Ponedme unas tijeras en la tumba.
Günter Grass.
PAYASO DE AGOSTO. Edición bilingüe. Traducción de Miguel Sanz (con la colaboración de Grita Loebsack).
Bartleby Editores, Madrid, 2009.
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