domingo, 5 de octubre de 2008

BLESEÉ


A David González, quien abrió la puerta aquel día tan frío



Años y años
muerta
de frío.


Herida.
Rota.


Los buitres
me arrancaron
los ojos
hace
demasiado
tiempo.


Inocencia
extirpada
a dentelladas.


Pero confianza
ciega
todavía
en quien ahora,
en este mismo instante,
abre la puerta
y entra.


Mis ojos
en sus ojos.
Lentamente…



Ana Vega

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