BLESEÉ
A David González, quien abrió la puerta aquel día tan frío
Años y años
muerta
de frío.
Herida.
Rota.
Los buitres
me arrancaron
los ojos
hace
demasiado
tiempo.
Inocencia
extirpada
a dentelladas.
Pero confianza
ciega
todavía
en quien ahora,
en este mismo instante,
abre la puerta
y entra.
Mis ojos
en sus ojos.
Lentamente…
Ana Vega
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