Hace un tiempo hice el zapato con plumas que me encontré en mi barrio. Plumas de pájaros varios, sobre todo palomas. Me quedaba un zapato. Quería transformarlo, tunearlo, pero que representara algo significativo. No se trata sólo de un objeto más o menos estético. Esta pieza la revestí de esparadrapo. Nunca he podido andar bien con zapatos de tacón y, cuando lo he intentado, he tenido que acudir a tiritas y esparadrapo para poder seguir caminando. En realidad, entre las plumas y el esparadrapo, están las ganas de "salir volando".
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