Ese hueco cinematográfico en que todo encaja,
saberlo nos da un poco de fuerza, un poco de miedo
¿y ahora qué?
Ahora vivir respirando como aprendiste,
no se va a hacer añicos la fe o la confianza, de verdad,
la perfección de todo esto
está por encima de nuestras pequeñas voluntades.
Ese momento preciso en que, crack, y pasa
puede proyectarse más allá de uno mismo
si uno mismo tiene ganas de amortiguar cada golpe
con una sonrisa, red del trapecista.
Todo sigue igual que estaba:
en equilibrio yin, yan y otros amigos.
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