Te has ido, dando un portazo.
Ya puede la muerte llevarme.
¿Qué puedo hacer con tanto amor destragado?
Ya no me quedan lágrimas, ni ganas de llorar,
Tan sólo un hueco en el pecho como si un pájaro
me hubiera devorado el corazón a picotazos
y ni de mi alma ni de ese hueco deja de manar sangre.
Ya puede la muerte llevarme.
Apenas queda ya nada de mí.
Todo te lo llevaste en tu maleta:
Cuerpo, alma, sentimientos y sentidos,
Excepto, este dolor agudo como una navaja afilada.
Ya puede la muerte llevarme.
¿Qué puedo hacer con tanto amor destragado?
Abriré con esa navaja mis venas al sol
Y escribiré tu nombre con sangre por las paredes,
Haré cruces de amor para invocarte,
Antes de que el sueño eterno me borre para siempre.
Ahora sí.
Ahora sí, ya puede la muerte llevarme.
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