martes, 20 de julio de 2010

2 poemas de Raúl Núñez

Cierto. Íbamos a hablar de la separata del nuevo Vinalia Trippers, dedicada al escritor Raúl Núñez. Pero primero, para quienes no le conozcan, es necesario escribir algo sobre este auténtico maldito de las letras. Ha escrito varias novelas: Derrama whisky sobre tu amigo muerto (Producciones Editoriales, colección Star Books, Barcelona, 1979); A solas con Betty Boop (Editorial Laia, Barcelona, 1989); La rubia del bar (Editorial Anagrama, Barcelona, 1986), llevada al cine por Ventura Pons; Sinatra (Editorial Anagrama, Barcelona, 1984 y 1986), llevada a la gran pantalla por Francesc Betriu; y Fuera de combate, novela que a día de hoy aún permanece inédita. También una selección de sus relatos: El aullido del mudo (Midons Editorial, Valencia, 1994). Como poeta editó: Juglarock (La mano en el cajón, Barcelona, 1971); Cannabis Flan (Ediciones Marte, Barcelona, 1976); People (Tusquets Editor, Barcelona, 1974); San John López del Camino; y Balada de los Ángeles. Los poemas de todos estos poemarios fueron reunidos en un solo libro por Ediciones de Baile del Sol, Tenerife, 2008, bajo el título: Marihuana para los pájaros. De este libro proceden estos dos poemas:


VEINTICUATRO AÑOS

Veinticuatro años.
No tengo nada.
Ya he tendido los ojos para siempre
a este hermano imbécil o santo del poema.
Ya he elegido.
He cortado las sogas al trapecio
y al caer he cantado.
He cantado siempre.
He tenido coágulos de flores en todas las heridas.
He caminado países
he vuelto
hoy me vuelvo a ir.
He mendigado en puertos extranjeros
y en trenes que cruzaban Europa.
He soñado con Blaise Cendrars.
He tocado la guitarra en una calle de París.
He tenido miedo en Estocolmo
bajo la nieve.
He juntado papeles por la calle
para ir a escribir a una plaza
en la madrugada.
He trabajado, he sido bueno.
Agradezco estar vivo y amar.
Amar a los adolescentes.
Amar a Dylan Thomas y Allen Ginsberg.
Amar los sucios y los locos.
Amar los negros.
Amar a Woodstock.
Amar a todas mis visiones.
Amar a mis amigos.
Amar el mar.
Amar la mágica incertidumbre del camino.
Veinticuatro años
y sé

que el poema sobrevivirá a todo.




JUDITH

Judith que me hablabas de muertos entre una tortilla de patatas
y judías verdes mientras buscabas los ojos de tu padre en el vaso de vino.
Judith que vendías drogas por los bares de noche y quedabas sola
en el alba haciendo pis en un callejón de Barcelona.
Judith que hervías rosas robadas y tocabas un flauta hindú bajo la
lluvia y que ahora estás loca en Marruecos con tu pálida peca del
meñique y tu cabeza llena de rulos rubios.

Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos.
Ya no me hablas de las últimas palabras de tu abuela que aparece
azul y desnuda colgando de los flecos de alucinados árboles de manos.
Ya no me hablas de los pulmones rotos de tu padre y su gran flema roja
en la nieve de un pueblo gris y sucio de Inglaterra.

Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos.
Ya no me tocas el pelo ni las manos en tu habitación llena de pájaros
de hilo y delgadas velas rosadas fabricando terribles rostros en las
paredes negras.

Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos.
El mar de ojos grises te ve dibujar una pequeña casa de arena de la
playa y el viento se te mete en los ojos que al final caen en la noche.

Ahora estás loca en Marruecos comiéndote las manos,
y un moro te tira una bola de carne frita a la cabeza rubia cuando quieres robar
un poco de comida.



Y mañana sí. Mañana hablaremos de la separata de Vinalia Trippers, dedicada a este gran poeta y narrador, dedicada a Raúl Núñez.

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