Hace poco mandé unas fotos de unos cuadros míos a Cristina Morano. Quería saber su opinión porque, aunque no la conozco personalmente, me parece una buena profesional.La verdad, me gusta su poesía, y su obra gráfica me parece muy interesante.Cristina me comentó que le parecía muy valiente recuperar la figura de la costura.Estoy de acuerdo con su comentario, pues siempre pensé que este mundo era fascinante.
Mi madre, como tantas mujeres, trabajó en París en un pequeño taller de costura.En casa era normal encontrarse trozos de telas, prendas a medio hacer, bolsas de botones e hilos de muchos colores.Mi hermano y yo jugábamos a menudo con los botones y las bobinas de hilo. Nos servían como juguetes y agudizaban tremendamente nuestra imaginación.Cuando empecé con los collages y las esculturas, fui incorporando poco a poco, elementos de este mundo que, a priori, parece muy femenino. Señalo esto último porque no quiero olvidar a los sastres, y a todos los hombres, que cosen en los talleres de países subdesarrollados.
Este cuadro para mí representa la trama, la urdimbre de la vida. El marco es de una vieja ventana y me lo encontré en un vertedero. Utilicé hilo fino de coser, blanco y negro. En realidad, todo es una red (como cualquier existencia) con sus interrelaciones, sus huecos, y una buena mezcla de sombras y luces.
2 comentarios:
¡Qué maravilla, Lola! me alegra ver que sacas tu obra al blog, especialmente esta tan bonita y como tú bien dices tan cercana a la labor del telar, del tejer. ¿Sabías que las arañas en algunos países de latinoamérica son consideradas algo así como las patronas de la literatura? Porque construyen a partir de su propia esencia. Como las palabras. Lee la obra de Ana Gorría, es una de mis favoritas, y tiene un libro que se llama así Araña.
Crsitina Morano
Precioso. Me encanta.
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