martes, 1 de junio de 2010

2 poemas de Antonio Gamoneda:

Yo me callo, yo espero
hasta que mi pasión
y mi poesía y mi esperanza
sean como la que anda por la calle;
hasta que pueda ver con los cerrados
el dolor que ya veo con los ojos abiertos.



Madre: quiero olvidar
esta creencia sin descanso. Nadie
ha visto un corazón habitado:
¿por qué este pensamiento irreparable,
esta creencia sin descanso?

Estar desesperado,
estar químicamente desesperado,
no es un destino ni una verdad.
Es horrible y sencillo
y más que la muerte. Madre:
dame tus manos, lava
mi corazón, haz algo.

Antonio Gamoneda. CECILIA y OTROS POEMAS. Epílogo: F. Gómez-Porro. Fondo de Cultura Económica de España, Madrid, 2007.

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