“Es una pena que alguien de mi edad
aún tenga que llorar”-dijiste.
“Llorar es natural”-tan simple, tan sencillo.
Se llora al nacer,
Y te lloran
Cuando te mueres.
Sentí esa pena tuya metida en mi pecho,
Como si una piedra me atragantara la garganta
Como si tu tristeza tuviese forma humana
Y yo estuviese unida con un yugo
A su cuerpo dulce y doliente.
Tu tristeza tiene ojos de mujer agotada
Por los viejos tic-tacs de los relojes
de agujas vengadoras.
Mujer deshecha, hecha alma,
Mujer sin carne, cubierta de bruma.
Tu tristeza tiene ojos de mujer muerta,
Atropellada por los viejos automóviles
de luces amarillas.
Ciega por la distancia acongojante
De una fecha a la que le pusieron un DEP.
Tu tristeza tiene cuerpo de mujer fuera de sí misma,
Alcanzando cristales sangrientos de los cerezos.
De la nieve, el beso sin sed de un amante sin brazos
Que acariña sus piernas de hembra desnuda y salvaje.
Tu tristeza son los deliciosos pechos de una mujer joven,
Pechos que se abren temprano para ti como una rosa de mañana.
Perfectas olas en las que sumergirse en un mar de saliva.
Recuerdos que hacen temblar el cuerpo de deseo.
Tu tristeza es una locura.
Loco, loco.
Loco por la delicada belleza destrozada
1 comentario:
Lucía, tu poema está lleno de emoción y tristeza. Transmite mucho...
abrazos
L;)
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